Regresé a Piura coincidiendo con los punkis de Lima, mientras yo vestía mi típica camisa a cuadros de estilo “nerd”, ellos vinieron con sus cortes mohicanos, sus pelos parados de colores, imperdibles, cadenas, correas con incrustaciones de metal y en general con la estética relacionada al punk y que ahora se venden en mercados. Lo impresionante era que la gente de Piura que siempre se sienta en la plaza Merino, también usaban esta indumentaria y se veía impactante ver a todo este grupo reunido ahí.
Este grupo de lima vino por acá unas dos o tres veces, aprovecharon para hacer conciertos y para vagar en la misma plaza Merino, que al parecer tiene algún efecto imán que jala a diferentes clases de bohemios y artistas, o alguna gente un poco extraña también. Después como tenía que suceder los limeños regresaron a nuestra capital.
Cuando eso sucedió, los piuranos empezaron a cambiar (al menos de look, apariencia) ya no se vestían con polos panfletarios, los mohicanos desaparecieron por completo, los pelos de colores también y solo queda algún nostálgico o desorientado que sigue usando esta vestimenta. Luego no pasó nada, nadie comentó nada ni se preguntaron por qué ya no se usaba eso, simplemente se cayó en la convención que ya no se usa y fin.

En plena efervescencia del look punk, algunos los miraron a estos con mala cara, ya no querían saber nada del punk (cuando en realidad no sabían mucho), empezaron a atacar la “ideología” punk, a renegar de esto sin siquiera asumir ningún tipo de postura, yo personalmente pregunté a diferentes personas si me aceptarían una entrevista en la cual digan porqué tienen diferencias u odian el punk, pero nadie quiso dármela básicamente porque no conocían bien el tema. Me parece que era básicamente un rechazo visceral a la invasión masiva.
En un arranque de saturación del “punk” el mismo bajista y co-compositor de la banda SHOKEKOS SKA PUNK, paradójicamente la banda más representativa del punk en Piura, mandó una carta por email diciendo que si lo que el veía que hacía la gente era punk, entonces él renegaba del punk y ya no quería ser identificado con este nombre. Es que sucede, y esto seguramente pocos lo saben, que Gunther no se junta con gente punk, a él simplemente le gusta la música y componer y esa es su afinidad con el grupo.
A mí me parece que se ha seguido esta “moda” por qué visualmente nos hemos visto impactados por los punkis limeños que vinieron unos días a nuestra ciudad.
Perú es un país que centra su economía y su cultura en la capital, es centralista y nosotros los de provincias seguimos ese mismo accionar sin preguntarnos si esto es bueno o malo, o sin pensar qué es lo que estamos haciendo y por qué. Al ser complacientes y seguir una moda extranjera estamos repitiendo los mismos moldes de la sociedad convencional, igual que la gente que se compra polos de marca norteamericana porque eso es lo que la industria textil ha declarado como moda. Es otra manera de inclusión a grupos que no piensan ni cuestionan nada y por lo tanto son manipulables y obedientes.