jueves, 17 de abril de 2008

Tres tipos mataron un insecto prehistórico hoy.

Promedio de las once de la mañana, un obrero descubre a un insecto del tamaño de una mano, sonríe y empieza a jugar con él, para molestar a su compañero que estaba al costado lo mueve con una varita de palo y lo lleva hacia donde está para que el insecto lo muerda con sus grandes tenazas…

Estaba en un estado de meditación mediana tratando de concentrarme con el intenso calor que hace en Sullana en verano. Al costado mío estaba el obrero que empujaba con su palo al insecto mientras sonreía como si fuese un niño, su intención era nada menos que aventar al insecto gigante a su compañero que estaba sentado a un costado, el compañero también trataba de dormir y el otro tan solo miraba igual que yo.

Tan! Le tiraba el insecto, no le caía, tan! De nuevo, tampoco le cayó, a la tercera le cayó pero rápidamente se sacudió y lo tiró a un lado (tiene una caparazón dura por eso es resistente a los golpes) entonces el vacilón ya no estaba en fastidiar al compañero porque ya se había dado cuenta de esto, sino joder al mismo insecto; le ponía el palo y el insecto lo agarraba con sus tenazas, él se reía y volvía a ponerle el palo, ese era su jueguito.

Al principio estaba molesto, me indignaba que ese hombre de 40 años no se diera cuenta que eso con lo que estaba jugando era una vida y que en cualquier momento lo podía matar, es más estaba esperando con angustia a que eso pase “En cualquier momento lo mata”, pensaba yo mientras lo tiraba por otro lado.

¿Cuantos años estará aquí este insecto? ¿Desde que tiempo su raza habrá poblado la tierra? Es probable también que no se extinga si es que los humanos provocan y mueren a causa de una guerra química o por radiación nuclear o atómica; él (el insecto) permanecerá aquí sin sentimientos, sin pensamientos sin saber jamás que es el amor. Ojala no haya muerto.

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